Necronomicón
El Necronomicón (en griego
Nεκρονομικόv) es un grimorio (libro mágico) ficticio ideado por el escritor
estadounidense H. P. Lovecraft (1890-1937), uno de los maestros de la
literatura de terror y ciencia ficción. Es mencionado por primera vez en el
cuento The hound (El sabueso, 1922). Su presunto autor fue el «árabe loco»
Abdul Alhazred, cuyo nombre figura en The nameless city (La ciudad sin nombre,
1921).
El libro es, asimismo, mencionado
por otros autores del círculo lovecraftiano, como August Derleth o Clark Ashton
Smith. Desde entonces, el libro ficticio ha inspirado la publicación de
diversas obras de igual título.
El título
La
etimología de Necronomicón es más transparente de lo que suele creerse. Aunque
la forma no está testimoniada en griego antiguo, se trata de una construcción
análoga a adjetivos comunes como ἀστρονομικός (astronómico), o οἰκονομικός
(económico). Estos adjetivos están formados por tres elementos: Un lexema
(ἀστρο-, οἰκο-, νεκρο-) + el lexema νόμος ('ley, administración') + el sufijo
-ικος, sin significado, que sirve para formar adjetivos. Así pues, astronómico
significa etimológicamente «relativo a la ley u ordenación de los astros»; el
neologismo necronómico sería «relativo a la ley (o las leyes) de los muertos».
Cuando
estos adjetivos se ponen en neutro singular (ἀστρονομικόν) o plural
(ἀστρονομικά), adquieren un valor genérico: en el ejemplo, «lo relativo a los
astros», «las cosas relativas a la ordenación de los astros». Necronomicón,
neutro singular, es por tanto «(el libro que contiene) lo relativo a la(s)
ley(es) de los muertos», del mismo modo que el Astronomicon del poeta latino
Marcus Manilius (s. I d. C.) es un tratado sobre los astros.
En
una carta de 1937 dirigida a Harry O. Fischer, Lovecraft revela que el título
del libro se le ocurrió durante un sueño. Una vez despierto, hizo su propia
interpretación de la etimología: a su juicio, significaba «Imagen de la Ley de
los Muertos», pues en el último elemento (-icon) quiso ver la palabra griega
εἰκών (latín icon).
Descripción
Según H.P. Lovecraft, el Necronomicón es
un libro de saberes arcanos y magia ritual cuya lectura provoca la locura y la muerte. Pueden hallarse en él fórmulas olvidadas que permiten
contactar con unas entidades sobrenaturales de un inmenso poder, los Antiguos, y despertarlas
de su letargo para que se apoderen del mundo, que ya una vez fue suyo.
Se supone que está dividido en
cuatro libros:
Libro
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Capítulos
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Descripción
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I
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42
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Cuenta las grandezas de los
Primigenios y sus legiones; y el esplendor de los dioses.
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II
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19
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Habla sobre lo acontecido en el
año de la muerte y el temido Nyarlathotep.
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III
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36
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Narra acerca de la magia, de
sus rituales, y secretos.
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IV
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Aquí se describe lo escrito en
el Libro del Destino, que anuncia lo que sucederá en la sagrada Orden.
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Quizás la cita más famosa del Necronomicón en
la narrativa de Lovecraft sea esta:
«Que no está muerto lo que yace
eternamente, y con los eones extraños incluso la muerte puede morir».
El Necronomicón aparece en gran parte de
los escritos de Lovecraft, que cita también otros libros de magia, como De
vermis mysteriis (en latín, «Sobre los misterios del gusano») y Le culte
des goules (que en francés quiere decir «El culto de los gules»),
atribuido al Conde D'Erlette (un guiño a August Derleth, miembro del «Círculo de Lovecraft»). Otros de
los libros, reales o no, que aparecen en las ficciones de Lovecraft son los
fragmentos o manuscritos Pnakóticos; Image
du Monde, de Gauthier de Metz y El gran dios Pan, de Arthur Machen.
Orígenes
En 1927, Lovecraft escribió una
breve nota sobre la autoría del Necronomicón y la historia de sus traducciones,
que fue publicada en 1938, tras su muerte, como Una historia del Necronomicón.
Según esta obra, el libro fue
escrito con el título de Kitab Al-Azif (en árabe: «El rumor de los insectos por
la noche», rumor que en el folclore arábigo se atribuye a demonios como los
djins y gules) alrededor del año 730 d.C. por el poeta árabe Abdul Al-Hazred
(cuyo nombre original podría haber sido Abdala Zahr-ad-Din, o
Siervo-de-Dios-Flor-de-la-Fe), de Saná (Yemen). Se dice que Alhazred murió a
plena luz del día devorado por una bestia invisible delante de numerosos
testigos, o que fue arrastrado por un remolino hacia el cielo.
Lovecraft abunda en datos para
hacer verosímil la existencia del libro. Por ejemplo, cita como uno de sus
compiladores a Ibn Khallikan, erudito iraní o árabe que existió realmente.
También cuenta que hacia el año
950 fue traducido al griego por Theodorus Philetas y adoptó el título actual
griego, Necronomicón. Tuvo una rápida difusión entre los filósofos y hombres de
ciencia de la Baja Edad Media. Sin embargo, los horrendos sucesos que se
producían en torno al libro hicieron que la Iglesia católica lo condenara en el
año 1050. En el año 1228 Olaus Wormius tradujo el libro al latín, en la que es
la versión más famosa, pues (siempre según la ficción lovecraftiana) aún quedan
algunos ejemplares de ella, mientras que los originales árabe y griego se creen
perdidos.
A pesar de la persecución, según
Lovecraft se realizaron distintas impresiones en España y Alemania durante el
siglo XVII. Supuestamente, se conservarían cuatro copias completas: una en la
biblioteca Widener de la Universidad de Harvard, dentro de una caja fuerte; una
copia del siglo XV, en la Biblioteca Nacional de París; otra en la Universidad
de Miskatonic en Arkham (EE.UU.) y otra en la Universidad de Buenos Aires.
Ficción verosímil
Sobre el carácter ficticio del
libro, Lovecraft escribió lo siguiente:
Ahora bien, sobre «los
libros terribles y prohibidos», me fuerzan a decir que la mayoría de ellos
son puramente imaginarios. Nunca existió ningún Abdul Alhazred o el Necronomicón,
porque inventé estos nombres yo mismo. Luwdig Prinn fue ideado por Robert Bloch
y su De Vermis Mysteriis, mientras que el Libro de Eibones
una invención de Clark Ashton Smith. Robert E. Howard debe responder de Friedrich von Junzt y
su Unaussprechlichen Kulten.... En cuanto a libros escritos
en serio sobre temas oscuros, ocultos, y sobrenaturales, en realidad no son
muchos. Esto se debe a que es más divertido inventar trabajos míticos como elNecronomicón y
el Libro de Eibon.
De hecho, el famoso árabe loco
Abdul Alhazred no es más que un apodo que él mismo se puso en la infancia,
inspirado en la reciente lectura de Las mil y una noches (Alhazred = all has read,
el que lo ha leído todo).
Lovecraft logró hacer un
excelente engaño al aportar datos respecto al Necronomicón. Por ejemplo,
señalaba que quedaban muy pocos ejemplares de tal libro "prohibido" y
"peligroso". En el cuento El horror de Dunwich se ubican ejemplares
en la Universidad de Buenos Aires, en la Biblioteca de Widener de Harvard, la
Biblioteca Nacional de París, en el Museo Británico y en la inexistente
Universidad de Miskatonic en la ciudad de Arkham (que aparece repetidamente en
los cuentos de Lovecraft). Tanto es así que muchos creen efectivamente en la
existencia de tal libro y se han dado casos de sujetos estafados al comprar los
supuestos "originales" del Necronomicón.
Sin lugar a dudas, este libro
tiene la fama de dar pie a las más grandes confusiones. Se pueden encontrar
páginas en internet que pretenden desvelar sus misterios y hasta lugares donde
se ofrece a la venta. Es frecuente que se cometan estafas, ofreciendo
"ejemplares del Necronomicón" y réplicas de grimorios medievales.
August Derleth cuenta
en su artículo «The Making of a Hoax» cómo en la publicación Antiquarian
Bookman aparece un anuncio, en 1962, que dice:
Alhazred, Abdul. Necronomicón,
España 1647. Encuadernado en piel algo arañada descolorida, por lo demás buen
estado. Numerosísimos grabaditos madera signos y símbolos místicos. Parece
tratado (en latín) de Magia Ceremonial. Ex libris. Sello en guardas indica
procede de Biblioteca Universidad Miskatonic. Mejor postor.
En el mismo artículo se cuenta
que una vez un estudiante gastó la broma de incluir su ficha en el registro de
la Biblioteca General de la Universidad de California, en la sección BL 430,
dedicada a las religiones primitivas.4 Así, el Necronomicón fue pedido
insistentemente, incluso por profesores. Se dice que Jorge Luis Borges creó una
ficha sobre el mismo en la Biblioteca Nacional de Argentina[cita requerida],
así como que en el catálogo de la Biblioteca de Santander (España) aparecía
también una versión latina del libro.
Numerosos escritores y artistas
han intentado hacer realidad esta ficción, con lo que se han publicado muchos
libros con este título. Normalmente se procura mantener el misterio y en el
mismo libro no se incluyen aclaraciones explicando que es falso. Algunos de
estos necronomicones son simples listados de los primigenios más conocidos,
junto a símbolos y oraciones sin significado imitando burdamente el estilo de
Lovecraft, pero existen también algunos muy cuidados, valiosos y dignos de
colección. Por problemas de derechos de autor, algunos de ellos no contienen
las frases que Lovecraft inventó como citas del Necronomicón en sus relatos.
El extraordinario dibujante H. R.
Giger publicó una recopilación de sus dibujos bajo el título Giger's
Necronomicon, en dos volúmenes, en una edición muy cuidada pensada para
coleccionistas (encuadernados en piel negra, 666 ejemplares, con un holograma escondido).
La editorial española La factoría de ideas ha publicado también con este título
un libro de relatos escritos por seguidores de Lovecraft. Cabe destacar el
Necronomicón de Donald Tyson, publicado en 2004 por Edaf, escrito como la
biografía en primera persona de Abdul Alhazred, siguiendo el estilo literario
de los escritores árabes, y que recoge y explica todos los mitos y ciudades que
aparecen en los relatos de Lovecraft, incluyendo la explicación del origen del
mundo con el estilo trágico de Lovecraft.
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